En caso de necesidad nombraría a todos. A los habituales,
al protagonista y a aquellos a los que tuvieron la suerte de pasar
desapercibidos. Mantengo una relación íntima con el caos y la destrucción; y en
ella, decidieron intervenir héroes de cartón piedra, fáciles de prender, así
como un desfile artificioso de incoherencia, ineptitud y belleza abstracta. Sin éxito.
Preceptos que rechazar. El fin de este espasmódico espectáculo,
de nuevo.
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