miércoles, 23 de abril de 2014

Apacible

Sé que debo pronunciarme.

Algo estúpido o que hace ya un tiempo que dejaste de fascinarme, como la bombilla que ilumina esta habitación que a veces decide aflojarse, otras despide destellos, pero resiste a fundirse.

No quiero asumir los riesgos. 

Cada uno tiene su público. 

Sin preguntas. 

Y que el lugar al que me llevaste parecía un prostíbulo. Con luces de neón y aquella figura en movimiento que te consumía por entero cuando olvidábamos por milésimas nuestros duelos. 

¿Recuerdas? Valiente.




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