lunes, 28 de abril de 2014

De madrugada


La excusa de todas mis vidas. Te habrán contado que soy de naturaleza kafkiana y que prefiero la soledad a la compañía. Cómo si no lo hubieses sufrido.

Me hablas del odio y parece que ya no tengas nada más que ofrecerme. Traes la calma que precede a mis oscuridades. Aquí nos conocemos todos, en exceso.

El comienzo, el fin y las pausas. Aquellos whisky on the rocks en bares decadentes. Lo cierto es que éramos unos aficionados. Anhelando la mayoría de edad, soñando con poner tierra de por medio. Siempre despiadados y miserables. Dañando.




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