lunes, 15 de agosto de 2016

.


Lívida me entrego al sol uniformada con un recogido alicaído que presenta mi torpeza universal a quien decida estudiarla. Ofrezco mis cicatrices a quien las juzgue sin molestarme en escrutar los veredictos. ¿Qué decir? La pesadumbre se amotina en el alma y la turbación ejerce de túmulo. Respiro porque aún no me decido. Tampoco tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario