lunes, 9 de diciembre de 2013

Regresaré donde me encuentre a salvo y los libros de mi madre me curarán de nuevo. Te lloraré evocándonos en personajes de ficción y mis lágrimas borrarán lo que no eres y lo que mi mente construyó…y creyó. Tu absoluto.

Debes agradecérmelo dicen y sin embargo sólo intercepto tus pestañeos azules que sin apartarme la mirada retan a ser humilde. Te doy las gracias por volver a sitiar mi languidez permanente. El entusiasmo agota y sin duda no resulté ser suficiente.

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