martes, 12 de noviembre de 2013

Nada ha ocurrido


Dormí donde no me correspondía. Sus brazos rodeaban el vacío de mi eterna ausencia y sus oídos percibían mi respiración profunda y suave. Frágil y desaventajada.

La diferencia latente y el deseo prohibido. Hija de Nabokov. Abrumada. Capricho siniestro. Dicho y hecho. Hecho y dicho. Inacabado. Perturbador y censurado. Señalado, inadecuado, delicioso y obsesivo. Incontestable.


Nada ha ocurrido. La nada consuela al atormentado y al moralista. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario