lunes, 14 de noviembre de 2011

En los días grises la luz nos invade. Los cristales rotos recuerdan el miedo al dolor. Lo efímero de tus labios. Estremecerse bajo el sol de invierno camino al hogar. El ruido del vagón de metro llegando a la última estación. Mis manos frías.

Las tardes de lluvia sin paraguas y descalzos. Los edredones sombríos presos. Esta ambigüedad entre lo real y lo fascinante. La piel de gallina. Intersecciones de latidos y el vaho del aliento bajo el frío.

El mundo a puertas cerradas. Ni siempre ni nunca. El suelo frío, la pared blanca, las ventanas abiertas. No te ahogues. Cierra fuerte los ojos y cree.